jueves, 1 de febrero de 2018

a veces me pregunto

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont. (Reuters)¿por qué los guapos siempre tienen que dar la cara por los demás? En las pelis siempre es el guapo quien lleva las riendas de la trama: el que muere por los demás, el que se casa con la guapa, el que lleva el mejor caballo, el más rápido en sacar las pistolas... En este caso es Junqueras el que lleva sobre sus hombros todo el protagonismo de la independencia catalana, menos en sacar el arma, que en esto hay que reconocérselo a Puigdemont. Este ha sido el más rápido en salir del plano de los destinados a morir en el asalto a Cataluña; y el que ha tenido el caballo más rápido a la hora de salir del plano de los muertos por su propia causa. Es decir, que el guapo ha salido de escena encarcelado...; para que el feo y malo se lleve el mérito. Este film es el único en el que el malo se lleva la mejor parte. ¿Y por qué se lleva la mejor parte el malo? Porque sus armas son la narrativa, la diatriba, el matar con la palabra... y Junqueras ha caído en la trampa: el guapo ha causado baja. Estoy seguro que Alain Delon, calcomanía de Junqueras, nunca hubiera protagonizado esta peli.

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