tened cuidado

si utilizáis la ouija a quién o qué... invocáis. En primer lugar porque los expertos exorcistas del Vaticano así lo recomiendan. ¡Exorcistas! No hacen falta o sí... cuando tenemos entre nosotros -los mortales-: al padre Fortea. Que nada más verle el espíritu demoníaco sale echando ostias del cuerpo del poseído. Ni siquiera la imagen tiene el semblante del cura. Me tranquiliaza saber que el padre SAlvador Roca de la diócesis de Valencia, advierte que las supersticiones llevan a obsesiones diabólicas. Cierra o abre una puerta a que podamos invocar al Santísimo Corazón de Jesús o a Santa Teresa de Jesús o a algún inquisidor y cruce ese fino velo que debe haber entre nosotros y los otros... 

Lo sorprendente es que siempre que se utiliza el artilugio de comunicación, sean los malos quienes aparecen en la sesión y no hay ningún bueno: ángel, arcángel, serafín, Dios mismo, que utilice la puerta que nos pone en comunicación. De esta forma tan directa, cercana y sencilla, tendríamos buena cuenta de los trasiegos que existen en los cielos. Por ver si realmente el arcángel Miguel (tocayo de correrías) se ha retirado a descansar a Benidorm o sigue con la espada en mano y socorriendo al vulgo de las garras del maléfico y pesando las almas que han de ir al Cielo o al Infierno. Es notorio que el arcángel Gabriel se ha retirado de su trabajo como anunciador de embarazos, y ya disfruta de esa paz y descanso de ir y venir volando de un sitio a otro con avisos de partos que, a veces, no sabe si serían bien acogidos. Tampoco Rafael tenía descanso; y el que mejor se lo pasó fue Uriel o Suriel que sólo hizo un mandado o recado. ¡Qué tiempos aquellos!, cuando no había diferencias entres ángeles y arcángeles y demás huestes celestiales... hasta que Luzbel o Lucifer le dió por cobrar la herencia del padre antes que los demás y la montó parda. Así se ganó la fama que tiene.
Como era de esperar y porque allí sucede todo lo tocante a todo. En Chile  sucedió un caso de posesión a un bebé. Al parecer el bebé empezó a hablar en un idioma desconocido para ellos (en español) y a cantar en el mismo idioma. Aturdidos los padres no tuvieron más remedio que acudir raudos al párroco que en esos momentos estaba ocupado con la esposa de un señor en su dormitorio particular. Cuando fueron despegados por los gritos de su esposo que los agarró en circunstancias anómalas, el cura dijo encontrarse en estado de posesión, también. Es decir, los vecinos haciendo la ouija y los efectos se vieron en los circundantes... incluído el cura. ¡Vivir para ver! En fin... tened cuidado no metáis en vuestro domicilio alguien o algo, y tener que recurrir a los oficiantes de traje negro.