Los corruptos comprometidos dejarán de
estafar a los ciudadanos los días siete y veinticuatro de cada mes,
desde las diez de la noche hasta las cuatro de la tarde del día
siguiente, salvo si en ese periodo concreto de tiempo se presentara un
pelotazo por un importe superior a los ochocientos mil euros, en cuyo
caso se pospondría el día de descanso a la jornada siguiente.
Las camisetas de Unicef que venderán los
sinvergüenzas durante el tiempo de asueto tendrán una calidad tan
deplorable que se desvanecerán entre los dedos del comprador en cuanto
el imputado se introduzca los cincuenta y siete euros que cuesta cada
una en el bolsillo B de su americana.
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