La abundancia y la extrema pureza del ácido cínico vertido por la secretaria general del Partido Popular en sus declaraciones a los medios de comunicación venía llamando la atención de la poderosa compañía farmacéutica desde 2012, pero ha sido ahora cuando se ha cerrado un acuerdo firme de colaboración con la dirigente conservadora.
Parece ser que sus recientes afirmaciones sobre el caso Rato llegaron a destilar una variedad de ácido cínico cuya pureza alcanzó un 795 %, tanto es así que varias gotas de la esencia traspasaron el parquet de la sala de prensa, perforaron el subsuelo y accedieron a la red de alcantarillado, emponzoñando aún más el caudal de aguas fecales y saliendo finalmente al mar, donde ya ha causado una tremenda estupefacción entre numerosas especies de peces, incluidos los salmonetes. “Jamás pensaba que llegaría a decir este tipo de cosas”, apunta uno de los peces.
Bayer todavía no ha concretado si el ácido cínico de Cospedal se usará con fines militares, como se cree en el Gobierno, o simplemente para su distribución “al menudeo” entre políticos, curas, banqueros y empresarios. “Sí es cierto que tenemos apalabrada la mitad de la producción con la Conferencia Episcopal Española y Paco Marhuenda, pero habrá para todos”, ha tranquilizado el director general de la División de Enzimas Hipócritas de Bayer.
El ácido de Cospedal, aunque posee una calidad incluso algo inferior al excretado por González Pons, es sin embargo más apreciado por sus efectos. Mientras el ácido cínico destilado por la secretaria general provoca confusión e indignación entre los interlocutores, el de Pons únicamente hace reír.