hace falta ser borrego para ir en contra de un toro. Y es natural puesto que el borreno no tiene nada que ver con el toro. Su casta es otra y su condición otra, también. Pero... que designemos al hombre como animal, al que damos la garantía de tener un mínimo de conciencia, esencia y humanidad, ir en contra de toda humanidad... es a todas luces carencia de luces. Y que al toro de la Vega lo consideremos un enfermo porque lleva clavada centenares de agujas disparadas por los endemoniados vecinos o visitantes de las fiestas... es a todas luces gente enferma de la mente y también, es posible, de la próstata. Y que creamos que tirar a una cabra del campanario es altamente humano... me cuesta creer que el cura de su consentimiento para ese desamparado animal. Y que en otro sitio cuelguen los patos por el cuello y la salvajada sea tirar de las patas para arrancarle la cabeza... en fin, no voy a ponerme en contra de ninguna fiesta pagana y consentida por la iglesia que solían estar con las altas personalidades, en la zona de personalidades. Es hora de cambiar las fiestas por otras con menos sangre, muertes; y que bajen y entierren a ese Jesús del Madero que ya huele en las iglesias de todo el mundo mundial. Otro borrego al que despellejan todos los días del año, en tandas de a tres horas. ¡Qué miserable vida animalesca!
miércoles, 17 de junio de 2015
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