La portentosa memoria fotográfica del Rey permitirá que la Policía y la Guardia Civil puedan detener, al menos, a más de dos mil espectadores que el sábado pitaron el himno nacional de España en la final de la Copa del Rey. “Me hubiera gustado identificar a los setenta y cinco mil apátridas que se burlaron de mí pero tuve un esguince de retina”, ha declarado Felipe VI.
La extraordinaria habilidad del monarca español para memorizar los rostros de las personas sin alma asombra a los oftalmólogos más incrédulos y, sobre todo, al Instituto Nacional de Astronomía, que ya se ha interesado en la peculiar agudeza visual del Rey para diseñar las nuevas lentes del observatorio espacial del Roque de los Muchachos, en Canarias. “Si pudiéramos incorporar su retina al diafragma de nuestro telescopio seríamos capaces de ver más allá de la desfachatez de Esperanza Aguirre, muy cerca de Alfa Centauro”, señala el astrónomo jefe.
Al parecer, el propio Felipe VI está dibujando los retratos robots de los presuntos delincuentes gracias a otra destreza que adquirió fortuitamente cuando padeció la varicela a los treinta y nueve años. “De repente empecé a dibujar la letra o con un canuto”, asegura el Rey. “Llegué a gastar doscientos canutos en un solo día, y más tarde descubrí que con uno era suficiente para dibujar todos los que yo deseara”, añade.
A pesar de la extraordinaria precisión de los retratos, a todo color y sin apenas manchurrones, la policía científica cree que tardará todavía siete años en identificar los rostros. “Son unos retratos muy buenos pero el hecho de que la mayoría de las caras tengan un solo ojo y tres orejas está dificultando las labores de los fisonomistas”, ha explicado el comisario dibujante de la Guardia Civil.
La Casa Real ya ha emitido un comunicado oficial asegurando que absolutamente ninguno de los pitidos proferidos el sábado contra Felipe VI ha dañado su sistema inmunológico, financiero y anímico, pues tanto su apetito como su campechanía y su cuenta corriente siguen intactas.