lunes, 22 de junio de 2015

Grecia y su deuda

Miles de griegos apoyan al Gobierno y protestan contra la austeridadAl corralito de Grecia habrá que sumar el de España, Italia, Portugal, Irlanda, Francia... y toda la zona sur del euro. La moneda única no fue más que una forma de enriquecerse los ya ricos, y empobrecer aún más... a los más pobres.
Grecia se va a llevar por delante a más de uno con el consentimiento de los demás miembros de la Unión. Una unión que ha servido para penetrar en los hogares privados, como si fueran -que lo son-, vampiros. ¿A santo de qué hacer una unión de países para luego endeudar a algunos de ellos? Porque no olvidemos que una vez dentro... se han tenido que bajar los pantalones con las normas establecidas. Unas normas que han favorecido a los empresarios, a los bancos y las familias multimillonarias que componen los Clubes elitistas. Se han cargado la estabilidad empresarial en comandita con los sindicatos obreros, en favor de la patronal. Están intentando meter mano a las jubilaciones o en su defecto: que se muera quien no trabaje. 
Las reuniones de políticos empresarios con empresarios políticos, no hace más que calentar la calle, los hogares, y la acogida en masa de individuos que huyen de sus países porque, sus líderes, están supeditados a las exigencias del resto de países más fuertes. El Congo se deja comprar por Francia... España está embargada por Alemania nazi... Grecia está en bancarrota por culpa de la Troika... Estados Unidos introduce sus espías en todos ellos, y se alía con Satán si hace falta. Y como a Satán -según los creyentes- le pertenece el planeta, pues EEUU será,  junto con la Iglesia de Satán, quienes gobiernen una vez que estemos la mayoría desahuciados de nuestras propiedades y hayan pasado a manos de los que nos las vendieron. Así, el círculo se cierra, y la serpiente bíblica se muerde la cola en ese aro mitológico de que principio y fin les pertenece.
Mal, mal se está poniendo la cosa, y no hay luz al final del túnel, ni brotes verdes de primaveras boyantes.

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