sábado, 30 de noviembre de 2013

todos contra el PP

Protesta en Madrid contra la nueva Ley de Seguridad
¿Pero qué cojones nos pasa? La ciudadanía no debe ir contra nadie: nosotros elegimos, nosotros derrocamos. Así de sencillo y de contundente. Pero eso no se puede hacer porque, como en la guerra, los bandos y los colores son necesarios para salirse con la suya. ¿Pero qué tonto de los cojones tiene bando o colores, cuando le meten mano en su bolsillo, directa e indirectamente, para engordar el de ellos, los políticos? Hay que ser tonto para jalear los actos vandálicos cometido contra la ciudadanía, y encima, permitirles que se lo lleven crudo. Así, de este modo, es como el Geyperman del Rey agotó la candidatura de Adolfo Suárez, y se coexionaron los partidos y la Zarzuela, para quedarse con todo el pastel. ¿Qué está pasando? El resultado está saliendo como ellos lo dibujaron. Con un pequeño matiz, ahora todos aquellos que eran familiarmente conocidos o participantes: activos o pasivos, de baja condición, se los desbanca o arroja del pedestal al que hayan estado subidos, mientras les ha interesado. Un ejemplo de ello es la tv. valenciana. Ayer, sobre las 12:19 horas, dejaba de emitir y dejaba fuera a 1700 tipos que habían estado siendo manipulados y ellos viviendo, del ente público. Una vez que a la alcaldesa no le interesa la tv. radio, etc valenciana, pega cerrojazo y búscate empleo. No se puede ser un pea pilas y que algún día no te dé la corriente. Habéis estado viviendo de puta madre a costa del Ente, y ahora que cierra las puertas lloráis porque habéis comprobado lo pelotas que habéis tenido que ser para vivir del cuento dentro de las dependencia de tv-radio. Yo he estado en multitud de ocasiones junto a vuestros en puntos de emisiones deportivas y demás, y os habéis comportado como déspotas contra aquellos que no pertenecieran a vosotros: los enchufados del político de turno. Ahora os digo que os la pique un pollo.
¿Y qué pasa con el PSOE? Nada, y el que nada no se ahoga: decía un refrán. Y es que son patas de una misma silla, en la que se asientan los reyes, los curas y las grandes fortunas. Esa silla está bien amueblada. No se romperá nunca.

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