jueves, 21 de noviembre de 2013

¿será un hecho generalizado

que los asesores de los ministros de exteriores -o ellos mismos- se despeloten para causar mejor impresión a los políticos de los países vecinos?
Al parecer la asesora Vanja Hadzovic, del ministerio de asuntos exteriores serbio, se ha despelotado como dejando claro que los asuntos con las demás potencias se deben hacer desde la óptica de limpieza y sin nada que ocultar. Me llamaréis machista, pero yo abogo por lo mismo que las asesoras -todas -tengan ese mismo pensamiento. De momento no sé si cambiará en algo la política... pero la vista la cambia un huevo. Es significativo que vayan desnudando la política poco a poco, pero para ello no se necesitan cuerpos que nos estimulen los sentidos, sino una buena cabeza -no la de abajo- que remueva la avaricia asentada en las mentes de los que cada vez quieren más y más. Pero no más y más de nalgas, bragas -si las llevan-, y poses sinuantes, de que la política es placer, poder, y un subidón de adrenalina. 
¡Ahora entiendo los males de nuestro Rey! De tanto meterla en vainas se le han descalcificado los huesos, los huevos y el cerebro; aunque de ésto último no ha tenido nunca. Eso sí, ha tenido un carácter cercano y un gangoso parloteo, que le ha granjeado vítores y sentimientos de pena, a partes iguales. Los mismos sentimientos que te produce un enfermo psíquico. Y así, gracias a estos dones que Dios le ha dado para vivir toda la vida sin dar golpe, le hemos favorecido los españoles hasta el día de hoy. Día en que tendrá que volver al mecánico.

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