martes, 26 de noviembre de 2013

la iglesia de Francisco,

el dios Oanes, al que rinde culto la Iglesia 
 
-Paco para los amigos-, a su onda. Y es que la Iglesia siempre va en pos de una ciudadanía que cada vez reniega más de sus directrices. Al parecer a las mujeres (aquellas que hayan sabido el título y le interese la Iglesia) no les hace mucha gracia el título: Cásate y sé sumisa, que ha editado el arzobispo de Granada. Y es: con estos títulos, los que acercan -aunque sea a guantazo limpio- la gente a la religión. Estos títulos hacen que los parroquianos compren el libro, y aunque no lo lean, les sirva como móvil o util a lanzar al susodicho Arzobispado.  ¿Y por qué se hacen o escriben estos tomos con esos titulares? Porque la Biblia ya está muy vista y muy gastada. Aunque, según se aprecia en la calle, cada vez hay más divulgadores de la misma. Ya no bastaba con que los Testigos de Jehová (y menos mal que fueron testigos...) se lanzaran en busca del despitado de turno, sino que se han sumado otros de iglesias adventistas, y otros que no se saben bien de dónde han salido, a predicar la palabra del Señor e instruir, a los pacientes paseantes, en su nombre. Yo creo que la Iglesia de Francisco debería (como los hombres de negro), repartirse la península e ir instruyendo y separando la paja de tanta gavia que hay suelta. 
En fín, qué sería la Iglesia si no estuviera dando por el culo a diestro y siniestro, en pro de los pocos que, aún, se están dejando comer el tarro con sus peroratas. 
Sobre todo, por favor, explicarles detenidamente la figura del demonio, creado por Dios, para darnos por el culo todos los días del año; incluído o más... en navidad. Y a ver si cambian la coletilla: lo que le interesa al demonio es, que la gente crea que no existe. La existencia del demonio solo le interesa a la iglesia; que con la dualidad y el miedo, consigue diezmos.

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