miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cuando las barbas de tu vecino

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veas cortar, pon las tuyas a remojar. Eso es lo que deben pensar nuestros políticos con la sentencia/s caídas sobre Il Cavaliere (Berlusconi). Que no contento con sus manejos de mafioso, incita a la ciudadanía italiana a una avalancha contra las sentencias, y apela a la democracia como sistema de salvación a su situación. Y es que nunca antes la democracia había servido a tanto chorizo diseminado por la faz del planeta. Aquella democracia del pueblo para el pueblo, ha sido prostituida por los sistemas políticos y reales, en pro y bienhestar de sus señorías.
La ciudadanía española debería tomar nota de los italianos y empezar a quitar las condiciones de parlamentario o aforado, y llevar a la justicia a todos aquellos (que ya conocemos), al encarcelamiento. También aquí han habido corruptelas de tipo mafioso de nuestros políticos hacia el pueblo y contra personas individuales. También han habido casos Ruby, en España, cuyos altos cargos han sabido salir ilesos. Las niñas de Alcacer, el caso, no está del todo desvelado, ¿por qué? Porque los culpables de alto estanding político y jurídico, han echado tierra encima para que no les descuban. Pero siempre hay quien la mente y conciencia la tiene viva y ante las barbaridades, desvela sus actos. Al aprecer se conocen los culpables del caso: con nombre y apellidos,  y sin embargo no dictan ni reabren caso. ¡Así nos va!
¡Ah! Si nuestros ciudadanos políticos estuvieran en el paredón como don Berlusconi, también alentarían a la ciudadanía a que saliéramos a la calle a defenderlos? Serguro que a ese gesto no se le llamaría manifestación y no seríamos multados o encarcelados, como por tirar una tarta.
¡Vergüenza ajena, oiga!

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