domingo, 17 de junio de 2018

Sánchez juega fuerte

El quirófano del Hospital La Paz a pleno rendimiento.ya que los españoles se han negado a depositarle su confianza por tres veces... Vuelve a dejar la sanidad pública en manos de los centros de salud. Es decir, que se den medicamentos a casco porro para que sigan mandándolos a sus países porque, sus gobiernos, no les conceden sanidad ni medicación. 
Total;
tenemos a los negritos y sudamericanos zumbando por las calles sin más que hacer que hartarse en los comederos sociales, aprovecharse de la sanidad, el uso indiscriminado del Banco de Alimentos y, pago 0...: en los gastos de comunidades. Porsupuesto: tarjetas amarilas para compras en supermercados con cargo a los hombros de los españoles; las tarjetas sanitarias con atención privilegiada con derecho a recibirles antes que a los españoles en la sala de espera; ropa de Cáritas: con licencia para vender las prendas donadas. Privilegio en los comedores sociales porque el gobierno comunitario da partidas distintas para los migrantes que para lo españoles: por cada migrante que come la comunidad paga 125 euros, mientras que el español (la misma comida) le conceden 45 euros. Y las cuentas son sagradas: la misma comida, el mismo consumo de pan y bebida, ¿a quién van a acoger que les deje mayor ganancia? Cuando considero que los comedores sociales no deberían percibir ganancia alguna; puesto que todo lo que tiene y da... el comedor social lo perciben a través de donaciones particulares y de empresas. Claro que, ya podemos hacernos una idea de quién o quienes administran los dineros de la pobreza: La Santa Madre Iglesia, en todos y cada uno de los centros que tiene abiertos por las ciudades y pueblos... ¿Podríamos calcular cuántos euros año se puede quedar o lavar, la Iglesia, con este trapicheo? 
Creo que cientos de miles de millones de euros año. No me extraña que tenga la banca Ambrosiana para poder dirigir todos estos kilos de dinero a compras de mujeres, armas, guerras, y el juego.
¡Pobrecita la Madre Iglesia vaticana!

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