sábado, 16 de junio de 2018

Mariano se va

Mariano Rajoy se despide del Congreso ha dejado su escaño con el bolso, la Moncloa, el carnet del partido, las bragas rosa que le regaló su masajista, el disfraz de pepero y, saliendo del hemiciclo, nos ha querido enviar un saludo de despedida. Ha quedado tan harto que no quiere llevarse ningún recuerdo. Ni, siquiera, se lleva a Soraya.
¡Tarde, Mariano, tarde! 
Y aunque tengo una lagrimita cayendo por la mejilla derecha me consuelo con saber que nos deshacemos de ti por tu incompetencia en los problemas del Estado. Y porque has mantenido a la Corona, en un tris de abandonar España en patera. 
¿Nos hubiera importado? 
¡No! 
¡Tantas nos habéis hecho que una más la hubiéramos perdonado!
Y lo de la patera estamos cansados de verlas llegar y ¡por una que viéramos salir!, nos sorprendería un rato; pero solo un rato.
Mariano, debiste dimitir cuando ya no tenías ganas de jugar con los periodistas o te cansabas de dar explicaciones.
Los ciudadanos somos a quienes debiste no olvidar. Aquellos ciudadanos que te ofrecieron la mayoría absoluta en la convicción de que les ibas a conseguir la estabilidad del país, poniendo a todos en su lugar en nombre de todos los de a pie. Todos pecáis del mismo acto de callar, en vez de comeros la manzana que es el truco más recurrible. Y eso de callar y no hacer y no mostrarse... solo lo hace el ratón que sabe que la serpiente está cerca. 
Cochambre política nos vamos encontrando todos los días. Vais saliendo de las madrigueras infectados del síndrome de la mixomatosis que afecta, particularmente, en cabeza y genitales. 
Imagino que te irías de fiesta -el día que no acudiste a la Censura- porque tenías la cabeza y genitales hinchados por el virus Myxoma.
A político que huye puente de plata.

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