Este es el de las pollas en la mano; digo perdón: de los micros en la mano. Aunque no voy desencaminado cuando digo que nos tiene cogido de los huevos. Y es tanto el placer que experimentamos que aún no le hemos apretado los suyos lo suficiente hasta hacerle llorar.
Este techado de virtudes, el superman de la economía, está que no caga con sus lacayos, aquellos del PP que no secunda la huelga. Es fácil que con el tiempo y si sigue leyendo los mandatos que le envían desde Europa-Comunitaria, es posible que hasta los peperos quieran asirle de los escrotos y retorcérselos hasta que las sangrientas làgrimas, las mismas que han llorado los que se han suicidado por su política de mierda, no resbalen por sus sonrosados carrillos.
Estamos de enhorabuena los españoles con estos techados de virtudes de la política en los últimos 30 años.
¡Qué viva la España vendida y sacrificada en pro de intereses internacionales!
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