El 3I Atlas es el aparato que estuvo en la crucifixión de Jesús, hace dos mil años. A los tres días resucitó y anunció que vendría a separar el trigo de la paja. Entonces, ¿dónde está el miedo a que aparezca una nave con Jesús dentro? Muy al contrario: sería el momento oportuno que nos tenía preparados para tan enorme evento. Demos gracias por ese especial regocijo que tendremos en nuestro corazón, por reconocerlo cuando aparezca. ¿Por qué hay gente que nos quiere meter miedo por la presencia de nuestro más gloriso avatar o maestro ascendido?
Creo que el mayor problema que podríamos tener con la llegada a la Tierra de esa enorme nave sería la rotación del planeta. Demasiada energía produciría un cambio de eje, y, a lo mejor, tendríamos una inundación catastrófica por el agua de los mares.
Siempre tiene que haber miedo en los cuerpos. No hay nadie que no haga referencia al miedo, al sometimiento de inojos ante cualquier figura que nos imaginemos sería fatal para nuestra vida y función.
Por favor,
no permitamos que nos vayan comiendo el tarro con cualquier cosa que se mueva o aterrice o americe en nuestro planeta.
Parece que aún no estamos cansados de tanta idiotez y majaderías varias.
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