martes, 21 de octubre de 2025

el gobierno pretende...

 
ya lo vienen comunicando... dejar caer las pymes para que las grandes empresas se pongan al servicio del Estado. A través de este sometimiento, el Estado, podrá controlar mejor a la servidumbre del pueblo, a modo y manera de su estancamiento y pobreza supina. Pero lo primero que debemos saber es que las empresas sean del ramo que sean están siempre en la picota de la pirámide, porque tienen el soporte técnico y empresarial, de todas las economías del mundo. Y el que no esté en la foto... está fuera del encuadre. Ese no levantará cabeza. Esto está pasando a nivel de países. Donde la economía es el combustible de toda máquina que se precie.
Para poder hacer frente a una situación como la que estamos diciendo, se necesita tener una solvencia tanto de dirección, como de reserva de oro, de dinero. En España no estamos, en este momento, muy fuerte como para enfrentarnos a países del Este ni a los mismos socios de la Unión. Tan es así que Alemania, Francia, Italia, etc., están cayendo o al borde del abismo.
¡Claro que el mundo debe cambiar!, y en ello están los representantes del grupo Bilderberg y Davos. Cuyo representante esta en la figura de Soros: ese señor momificado, salido de las catacumbas de Tebas. Este personaje ya era el representante de Cleopatra y, una vez encontrada y sacada de su tumba, Soros volverá al inframundo, de donde nunca debió haber salido.
No sé muy bien qué pretenden estos personajes de "ficción" hacer con la Tierra y sus habitantes. No sé muy bien quién desde la estratosfera está guiando la mano de estos terrícolas de mierda. Pero lo que está claro es que todo el planeta está convulsionando hacia un túnel, cuya luz del fondo, está a oscuras; la han apagado. Nadie conoce el rumbo que tomará "alguien"... ¡Pero quién?
Esta es la oscuridad que podemos apreciar en la forma y comportamiento de nuestros dirigentes y de los mandamases europeos. Están cayendo como moscas hacia la delincuencia y existe una desestabilización muy pronunciada. Veremos en qué queda todo esto y su posterior puesta en funcionamiento. Una guerra mundial no creo que fuera la mejor propuesta para volver a empezar de nuevo. A El Ave Fenix le costaría mucho poder levantar las alas hacia una primavera fecunda. El peso de sus alas sería inmenso... y el vuelo infructuoso. Se me acorta el optimismo a la medida que engorda el pesimismo. Ya me perdonaréis.

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