Que hayan desaparecido cerca de 2.000 bombona: entre propano y butano, en una sede de Repsol, en Madrid, me llena de asombro, frustración y miedo.
Ya hemos tenido experiencias de este tipo por y para utilizarlas de bombas contra la población española en diferentes comunidades. No entiendo como una compañía deja sin vigilancia ese arsenal militar en manos de paramilitares rusos y los yihadistas afincados en Cataluña.
Aún pensamos que los exportados de otros países son gente sin recursos y faltos de malos instintos. Es todo lo contrario. Los hacen pasar como personas sin recursos humanos y los entran en nuestros países a través de las ONG y las mafias que pertenecen a las mismas ONG, con intención de integrarlos para sus posteriores fechorías.
¿De verdad pensamos que los individuos que nos han mandado son gente que huye de sus países porque no tienen nada? ¿Si fuera así no se vendrían los viejos, los jóvenes y los medios pensionistas?
No. La finalidad es otra.
Ya lo dijo el cardenal Cañizares, en Valencia, España: cuidado con aquellos que entran huyendo, porque muchos no son lo que aparentan.
Enseguida las ONG, en su mayoría dirigidas por mujeres y si son sudamericanas mejor, se lanzaron contra el Cardenal y le llamaron de todo, menos bonito.
Pero..., ¿quién llevaba razón?
El Cardenal D. Antonio Cañizares.
Aquí tenemos la prueba de que estamos a merced de individuos que han venido con ganas de meternos el miedo en el cuerpo y el desasosiego en el alma.
No les importa que estés en casa tranquilamente viviendo en paz después de un día de trabajo. Se te meten en casa, te pegan, te roban y te denuncian por racismo si les llamas ladrones o hijos de puta.
Ahora, con la noticia, nos tienen a todos pendientes de quién entra y sale del edificio donde vives por si tienes la desgracia de que llenen la vivienda de bombas de gas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario