Sánchez quiere terminar con los ricos en España y así acercarse... si no adelantarse... a ser el único millonario, junto con su familia cercana. Vamos, al estilo Xi Jinping, al servicio del pueblo.
Y si el dinero no llega a sostener, por el esfuerzo, todos esos monumentos del ocio fácil: Falcon, untadas múltiples, etc. Sánchez no tiene ningún reparo en repartir la pobreza. Símil del socialismo inglés. ¡Qué buena persona es Sánchez!
Ahora nos queda controlar la parte contratante de la primera parte, con los catalanes. Esos a los que firmaron un acuerdo único para los catalanes y que deja al resto de las autonomías al pago de los gastos de los catalanes. Se quieren cargar el reparto equitivo y de este modo obligar a las comunidades que dirige el PP a subir impuestos a los madrileños. Siendo, éstos, los que más pagan o ayudan al resto de las comunidades.
Lo de esta gente es patético y diabólico. Como no llegan a saber gobernar con justicia y equidad... pues se dedican a ir contra aquellos que sí saben y les va de maravilla.
La desgracia de vivir con un gobierno de izquierdas que no sabe llegar a la derecha en formato de gobierno. Conseguir el reparto que sí saben hacer otras autonomías y que tan bien les va. Si no es así, ¿por qué se mudan las empresas de Cataluña? Recordemos que intentaban obligar a las empresas que salieron pitando de Cataluña, volver otra vez con el rabo entre las piernas. ¡Están pirados!
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