Siempre me hace gracia el Papa cuando sugiere la necesidad de acogida de los emigrantes sean los orígenes de donde sean. La cuestión es la gracia de <<bienvenida>> a unos individios que, como bien sabe Francisco, se acomodan en la delincuencia cuando llegan a los países de acogida.Y a la vez que los acogemos se emplean en pegar a gente mayor por las calles, a romper todo lo que encuentran, y a ocupar casas que no les corresponde. Y a pesar de todo ello el Papa dice de acoger, de ser generoso con los emigrantes... pero me he enterado que en todo el papado solo han acogido a 12 emigrantes. Imagino que el Papa les habrá elegido mirando la descendencia de los muchachos. El Papa no va a coger a cualquier muerto de hambre que haya por la calle. Hasta los propios pordioseros del papado deben tener pedigrí.
Muchos dirán que el Papa no se entera de qué va el asunto de la emigración. Que es impensable que su Excelencia tenga pensamientos impuros sobre los que trafican con ellos... por ejemplo: el Vaticano. El Vaticano a través de las oenegés de mierda que andan siempre buscando adeptos para cualquier cosa que demande la Santa Madre Iglesia. ¡Venga por favor, señor hortera!, dejemos de jugar al juego del despiste con los que estamos más que cansados de tanta mandanga y tanto inútil metidos en la política y en la Iglesia. El slogan <<haz lo que yo te diga, pero no lo que yo hago>> ha dejado a mucha gente pillada de la brocha. Y aquí en España seguimos siendo delincuentes políticamente hablando, y, de metérnosla doblada, no cuela ya.
Por favor,
el buenismo debe ser siempre para el que lo practica. Así, si el Papa es tan blandito (según contra quién) que se lleve a los emigrantes y sus pateras, al territorio de blanquear dinero que ostenta el papado. Menos presumir y más acoquinar.
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