Mientras que Ayuso se niega a ir a la llamada del gallo de Moncloa, Moreno no ha tardado en hacerle caso a su oponente en Andalucía, Juan Espadas, quien satisfecho, le ha hecho un guiño a Moreno. Un guiño de complicidad. A lo que ha respondido Moreno que no ha sacado nada en claro con la visita a Su Sanchidad. Ni siquiera, ha dicho, el café que le han ofrecido tenía encanto alguno. Ni siquiera era del cafe que llueve en el campo. Que ha servido, el campo, para un turno de réplicas entre Su Sanchidad y Moreno. No comprendo cómo el PP presume por una parte de pasar de hablar con Sánchez y por otro lado se lamentan que les llame. Es algo inquietante en las filas del PP esta glosa inútil a pie de página. No sé si los votantes de la gaviota no se encuentran violentados o al menos, inquietos, por el proceder de algunos de sus presidentes regionales.
Pero es que no es sólo en cuestión de tomarse un café con leche en la Moncloa, es la inseguridad que existe en Andalucía con la emigración. Bien es que Moreno tenga un corazón asín de grande... pero lo que no hay duda es que, mientras a él le dará una arritmia cardíaca por tanto amor... en Europa van controlando a los ilegales de forma inmediata y, dando clases, de cómo hacerlo. Tan es así que Feijóo se ha presentado en Italia a preguntar a Meloni de qué forma deshacerse de tanto vago moro y mora, de color o sin color. Que vergüenza debería darle a Feijóo de hablar con Meloni del tema emigrante, y de no haberle hecho caso a Abascal cuando se lo tenía dicho y redicho. Vamos, que somos más de hacerle caso a cualquiera de otro país... antes que a los miembros de otras formaciones políticas españolas. Lo que nos da a entender hasta qué punto desconfían los unos de los otros. Así nos va.
Y por si fuera poco el señor Vivas, del PP, se humilla al declarase martir por los mulsumanes. Se nota, por tanto, que los musulmanes le están engordando bien los bolsillos de dinero, por traición a España. Esta es la representación que tenemos los españoles en Ceuta. Este es el representante PePero en Ceuta. Con un par.
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