martes, 2 de julio de 2024

gracias Nicolás

 
no pasará un día sin que uno aprenda algo nuevo y bueno de otro ser humano. Gracias a Maduro millones de biblias tendrán que ser quemadas y otro tanto escritas gracias a la sabiduría de Nicolás Maduro. Un hombre inmaduro donde los haya. Gracias a estas salida de pata de banco nos damos cuenta que la política mundial está llena de indocumentados, locos, idiotas y lameculos. Que gracias a estos imberbes estamos viviendo una vida que no nos corresponde vivir. ¿Qué hubiera pasado si después de todo lo acontecido en guerras, paces, miserias y paso del tiempo... hubiéramos seguido la línea de aquellos que fueron capaces de encontrar el método de vida ideal y conocimiento adelantado. Decimos adelantado porque nosotros, los modernos, hemos ido degenerando todo aquel saber hasta convertirnos en niños de teta. Ahora estamos tocando el cielo del conocimieto que perdimos hace 20.000 años o más.
¿Cómo es posible entrar en un bucle degenerativo viniendo de un idílico mundo avanzado? 
Lo más normal hubiera sido al contrario, ¿no? Pues no. Es como si se hubiera ido todo el mundo que poblara la Tierra y nos hubieran dejado aquí a esperar que llegáramos a alcanzar el liston, anteriormente, bien alzado.
Pues que alguien me diga cómo vamos a alcanzar ese listón si tenemos... en una parte del mundo... a un individuo que cuenta la historia al contrario de como la hemos estudiado hasta ahora. O, tal vez, Maduro, sea un profeta metido en ese cuerpo de dictador para abrirnos los ojos contra lo que nos han venido diciendo hasta ahora de la Historia de Jesús.
En fin;
poco a poco los profetas políticos irán volviéndose locos por su tendencia a la gran vidorra y eso hace que sus neuronas se vayan deteriorando al modelo Biden. Tampoco es que Trump este en sus mejores momentos. Nunca lo ha estado. Si no hubiera sido por Melania, Trump, sería un niño perdido buscando lactancia.
Que Dios nos coja confesados.

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