Cuando queremos mentir... -no perdemos tiempo-, aun, cuando no sabemos lo que ha pasado. Esas son las conclusiones a las que llega esta descerebrada del suceso entre el sociata y Ortega: ¡"Es que le ha tirado una Coca Cola a la cara"! Para mear y no echar gota. Y, eso, que estaba al lado de su compañero insultón.
Así, en otra ocasión, se lo pensará dos veces cuando tenga que insultar a alguien. Y menos, a las familias insultadas y asesinadas por los etarras. ¡Los amigos del alma de Sánchez! Vergüenza ajena para toda la comunidad de social-comunistas y otras almas del Averno.
Si este energúmeno le tilda de mierda el discurso que ha pronunciado Ortega, que versa sobre las víctimas del terrorismo etarra... es para que la gente empecemos a saber quienes son los malos y quienes son los buenos. En este campo de batalla al que la zurda nos quiere ir metiendo poquito a poco.
Estoy totalmente del lado de Ortega y defenestro a Almeida por parecerme un impresentable como lo era Casado y sus compinches.
Almeida es un tonto a las tres y después todo el día, -que dijera Federico-; otro que ha tomado la rotonda a la izquierda y le parece más favorable a los intereses del PP. No sé en qué le puede servir a los intereses del PP que Federico vaya de vareta y decantado a los encantos de Sánchez.
¡No me mires que llevo chanclas!
Aquí ya nadie sabe de que van todas estas cabecitas locas en los altares de la política placentista española. Aquí todo el mundo quiere vivir de las donaciones impuestas por el Conde de turno, y sangrar al trabajador para sus gratas orgías.
Los funcionarios protestan más que un cura en el obituario. Y cuando los miras de cerca te das cuenta de que de muertos no se trata. Son muy vivos y viven del cuento. Y, de las horas que les debemos no sé muy bien cuándo, cómo y de dónde. Cuando se tiran unas vacaciones que ya lo quisiera un moro en territorio español; y eso que no curran.
Igualdad de opinión.
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