viernes, 3 de febrero de 2023

para mantener una amistad

 

no hay mejor cosa que llamar a tu amigo para decirle que la invitación a tu casa no se va a cumplir estando, el invitado, junto a la puerta de la residencia del amigo. Todo un gesto de camaradería que sin duda afianzará las relaciones de amistad por siempre... jamás. Pues, este, ha sido el gesto del monarca marroquí con Sánchez, y con España.  Porque una cosa es clara, como el agua: el rey no desmerece a Sánchez, a nuestro primer ministro, sino que le somete a la más pura de las deslealtades y desventuras...; nos deja a todos los españoles en esa tesitura de enemistad ante la Unión Europea. 
No tenemos por qué aguantar que un payaso como el marroquí, discuta las relaciones que son propias de España. Ni por los ninis que nos manda, ni por los regalos que le hacemos... Creo que deberíamos tirar la toalla y romper cualquier tipo de relación con un memo como el marroquí... por muy real que, éste, se crea. 
Es muy posible que el sifilítico nos hubiera atendido mejor si le hubiera llamado, como iguales, el rey español; como Jefe del Estado... Pero, por eso mismo, estos desplantes son muy significativos en las relaciones entre países donde, la representación, es monárquica.
No sé qué tenía Sánchez en el móvil que le birlaron los escoltas de Mohamed..., tal vez estuvo relacionado con la isla Epstein, pero no sería más comprometido como las relaciones que tuvo Felipe González con el papá del descerebrado monarca alauita. Unas relaciones demasiado íntimas como para haberle consentido levantar un casoplón, junto, al monarca, en Tetuán.
Todo esto huele a chamusquina. Todo esto no es más que un tira y afloja entre dos países antagónicos aunque intenten meternos, en la cabeza, lo contrario.
Es antinatural que, Sánchez, desprecie a Felipe VI, y tenga tan buenas relaciones con el Mohamed VI. ¿Le estarán dando por el culo al ególatra y afeminado presidente de gobierno español? Porque, una cosa es evidente nada más verle la cara al alauita: está enfermo de algo viral. Esa cara no tiene buen color y, no me extraña, que se haya ido a relajarse y a aprovecharse de la sanidad que le brinde Francia, para paliar su enfermedad diabólica. Caso parecido que tuvimos con Brahim Gali, en España. Ellos tienen al pueblo en la más abusiva de las miserias... y se vienen a Francia o España porque la sanidad es gratis: no la pagamos los franceses o españoles; la pagan los primeros ministros de sus sueldos. Acojonante.
Mandemos a los ninis a sus putas casas y que sea el alauita quien se ocupe de sus ciudadanos. No sea tan rácano y se gaste en sanidad, los mismos dineros que se gasta en castillos y casoplones.

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