1865

 

¡Uf!, en menuda movida han metido, los zurdos, al espabilado del alcalde de Cantabria, el señor  Revilla. Hasta sus compañeros de viaje, político, sirva la ironía, le están vendiendo un tren que, a este paso, se lo tendrá que poner el PP, de Feijóo, para dentro de tres años.

Señores:

lo que no sucedió en 1865 con los trenes de antaño..., ha sucedido con los trenes de 2023. Parece ser que los trenes, de hoy, se encogen y estiran conforme al cambio climático. De esta forma es muy difícil poder medir, adecuadamente, los vagones, con los túneles. 

Hace falta ser memos y llamarse zurdos.

Los zurdos, por regla general, disponen de un cerebelo distinto al resto de ciudadanos. Ahí tenemos, por ejemplo, a Putin, a Xi Jinping, a Maduro, a Sánchez... etc. que nos sirven de modelo del por qué no se puede ser socialcomunista. Todo aquél que se haga comunista se le encoge, por sistema, el cerebelo y se pueden convertir en alguien parecido a Irene Montero, Sánchez, Pam, Belarra, etc. Hay que tener mucho cuidado con aquellas ideologías en las que podamos caer sin darnos cuenta. 

Total;

que el alcalde Revilla está dando mítines contra Sánchez, pero... con la boca chica. Todo el mundo sabe que Sánchez,es el modelo perfecto, en el que se refleja Revilla al espejo.

Creo que no se puede hacer más el fantoche, cara al mundo mundial, que no saber medir un tren y el agujero por el que va a tener que pasar. Todo un derroche de intenciones pero, de Ingeniería, poca. Solo faltaba que, Revilla, diera un golpe de efecto, de asalto a su propio Ayuntamiento, y se declarara en rebeldía ante el resto de comunidades. Esto sí que sería un broche al aciago funeral del tren a Cantabria. Y, para tapar este desaguisado ferroviario, sería buena idea hacer una fiesta cántabra, al modelo UGT, COO, los etarras, los indepes catalanes, y las putas de carretera. Seguro que, con esto, se nos olvidaba toda la energía depositada en los planos, desde hace dos años, del tren a Cantabria.

¡Qué vergüenza!, mire usted.