lunes, 20 de febrero de 2023

cada día un nuevo avistamiento

 desde los años 50 hemos sido testigos de numeros avistamientos que nos han dejadon perplejos. 
No sabíamos a quién contarle la experiencia por miedo a que los Hombres de Negro aparecieran en casa y te amenazaran si contabas algo de ello a los vecinos. No, sin antes, de haberte borrado la mente con un fogonazo borra mentes, extraterrestre. 
Sin embargo, ahora, están dándose a conocer para muestra de sus diferentes aeronaves en forma de puro, de octógono, circular, esférica, triangular..., etc. Y si ellos no se dan a conocer... son las fuerzas aéreas o comerciales quienes nos enseñan un objeto negro que nadie puede reconcer que sea un ovni, si no una mancha negra, que parece caca de perro. 
Ellos, nuestros mandamases, nos dicen que sí... y les creemos. 
Es más fácil dejarse convencer que mandarles a tomar por el culo. Porque si así fuera, con la cantidad de gente que se han cargado por haber visto algo que le ha parecido (¡...!) un sin sentido; no tendría sentido que nos quieran convencer ahora. Y todo ello, revestido de una maraña clasificada en carpetas azules. Consecuencia de estar haciendo pruebas de nuevas aeronaves que nadie se dispone a enseñar al contrario u oponente, país enemigo. Es algo curioso cuando todos intentan tapar sus aviones de quinta generación y... resulta que los demás están copiando el mismo modelo. Tanta incógnita, para luego, equiparar sus inventivas. Siguen habiendo espías en el mundo del contraespionaje.
Si de verdad los ovnináutas hubieran bajado en el 54, no hubiera hecho falta tanta idiotez ni por parte de los visitantes ni de los terrícolas. 
Si tenemos 11 clases diferentes de extraterrestre viviendo entre nosotros no hace falta que nos digan que pueden estar mezclados entre nosotros. De alguna forma deben de estar viviendo... si es que comen. 
Y si hubieran bajado con intención de quedarse con la Tierra, nos hubieran conquistado desde el minuto uno de su llegada. Porque, si los objetos son tan sofisticados como para emular todos y cada uno de sus desplazamientos y otras lindezas de luz y color... ya estaríamos siendo los animales de La Granja Humana, del jesuita Freixedo.
Esto se asemeja al cuento de Pedro y el Lobo: "tanto que viene el lobo", hasta que, al final, se presenta.
Convendría en no lanzar nuestra señal de localización al espacio sideral. Como bien decía Stephen Hawking. 
Quedémonos como estamos... que ya somos bastante para hacer el indio. Aquí tenemos a Jaime Maussan que, como otros del tema ovni, están viviendo de ello y sería pecaminoso se les acabara el chollo. Va, por ellos...

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