lunes, 2 de diciembre de 2019

el rifirrafe político

no tiene nada que ver con la necesidad que tenemos los españoles de cara al día a día. 
Nos presentan constantemente las ambigüedades que nos han traído hasta aquí, y nos plantean la necesidad de encontrar un método diplomático que salvaría a España de la locura o rifirrafe en la nos han metido los políticos. Un rifirrafe que tendría el símil de "A río revuelto ganancia de... políticos". 
En España no necesitamos que nadie nos venga a salvar de nadie principalmente. Lo que necesitamos los españoles es que se eleve alguien por encima de los demás y gobierne el país como una señora mayor gobierna su economía casera y a su prole.
No necesitamos supermanes, de "TVEO", sino alguien capacitado mentalmente y  cocido en leyes, para no errar en sus actitudes. Debe saber enfrentarse contra aquellos -externos e internos- que vayan en contra del pueblo... único emblema nacional que tiene la capacidad de quitar y poner representantes estatales.
El problema que tenemos lo españoles -muy arraigado en países con democracias dictatoriales-, es que todo el mundo niega la edad franquista y todo el mundo gobierna conforme a la edad franquista. Nadie tiene bemoles para romper el pasado y recuperar una sustanciosa capacidad operativa que desmorone -de una vez por todas- las oposiciones entre partidos y sus colores identitarios. 
En España no votamos los colores; en España estamos intentando votar a quien sea español y sepa llevar nuestra capacidad de trabajo: ejemplo democrático y calidad de vida... al resto del mundo mundial.
No es necesario que nos vistamos de Prada para hacer todo eso. Simplemente ser coherentes con la diversidad de comunidades y de forma de vivir, y lanzarla al mundo para que el mundo nos de la munición para seguir siendo cooperativistas y competitivos con la Marca España. Una marca ya conocida por todos aquellos que de año en año nos visitan y comprueban que España es diferente, como diferentes son sus gentes. Gracias al sol que nos alumbra ha hecho de España un paraíso próspero en ideas, en alegría y solidaridad. No queremos gente comprometida a echar por tierra todos esos valores disponibles por cientos de años.
Yo sólo digo que estamos siendo atacados desde fuera por fuerzas que nos envidian y pretenden herirnos de muerte, como a los zares rusos. Siempre hay traidores en todos los momentos de la historia que con alzamientos consiguen matar y quedarse con el botín. Los tiempos han cambiado y el botín es del pueblo y para el pueblo. La Constitución. La Carta Magna. Todo lo demás es mentira y malos rollos. El revolucionario tiene la posibilidad, dada en la Constitución, de libre tránsito y viviendas amplias en el planeta. Puigdemont fue de los traidores fugitivos que se ha trasladado a vivir a otro país. Con su pan se lo coma.

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