miércoles, 7 de marzo de 2018

en flagrante pecado

Escuchar los sermones que se cuelan por debajo de las puertas de las iglesias y verles sus caras de salidos... es como tener retorcijones de tripa y poner cara de haber visto a la Virgen.
"La curia son jesuitas masones vestidos de mujer".
(Jesuitas, masones y vestidos de mujer.) Una trilogía equiparable a la Santísima Trinidad.
Bien
pues como no les basta con sus trapicheos y lobby gay en las congregaciones y demás estancadas presencias con los más bajos instintos contra indefensos hijos descarriados de la mano de su Creador...
Los infames doctos eclesiásticos se permiten el lujo de insultar (si no es bastante con sus actos) a determinados colectivos LGTBI. De nuevo del obispo de San Sebastián: "Los homosexuales son trastornados que se pueden curar". Y lo dice un trastornado curato.
Les pasa lo mismo que a los curanderos:
"poder curar a los demás puedo,/ pero sin mí dentro". 
Que es lo mismo que declararse agnóstico de procederes individuales y deseos ajenos a sus gustos y apetencias. No tienen ni puta idea de lo que están diciendo. Pero sí son conscientes de la maldad que provocan en su entorno pro quo.

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