El Papa vino totalmente transformado..., yo diría que transfigurado, por el encuentro con las juventudes que se dieron cita en Cracovia. Todo el mundo estuvo de acuerdo de que la cita juvenil fue un encuentro de lo más gratificante para los muchachos y el Papa. Y, de aquél encuentro ecuménico, se deriva -por parte de Franc-, que la juventud debe ponerse el microchip. El Papa debió de ver algún indicio de maledicencia entre la juventud para decir que deben o debemos ponernos el chip. ¡Qué hermosa egemonía, que hermosa ternura derrocha Franc, para la implantación del Imperio Romano en el mundo! Ya nadie se extraña de que este hombre diga cosas como esta, y en contra de la grey. Ya nadie nos extrañamos de que los políticos hagan lo que hacen y salgan por peteneras cuando alguien les pregunta el por qué... Todo ello sigue un ritmo comprobado. Hay unos actos que vejan a cualquier individuo que pueda llamarse Tal..., y lo llevan hasta el paroxismo a los medios de comunicación. Cuando la gente estamos hasta el gorro de escuchar siempre la misma noticia de esa guarrada dicha o hecha por ese político o religioso de turno, entonces baja la intensidad de la señal hasta perderse en el olvido. La gente no somos constantes. Tenemos un brote y un techo de capacidad de aguane -igual que el dolor-, y a partir de ese techo de aguante nos olvidamos del por qué llegamos a ese techo y de quién nos llevó a ello.
El Nuevo Orden Mundial fue un método de control mental y de restricción libertario, para toda la masa ciudadana. Bajo unas ciertas siglas de seguridad. (Un chip es un circuito integrado utilizado en el tejido subcutáneo. Los
microchips son aproximadamente del tamaño de un grano de arroz y se
basan en una tecnología pasiva, “NWO”.Los microchips son particularmente útiles en caso de secuestro o
desaparición de niños. Muchas naciones ya utilizan y requieren y solicitan el
microchip junto a la vacunación. La tecnología en sí es maravillosa). Nos la metieron doblada. Ya no se habla de ello en ninguna ciudad, pueblo o nación, ya nos han atontado lo suficiente como para darnos el tiempo de asimilación..., y ese tiempo ya ha llegado. La confirmación del Papa para el control de la población a través del microchip RFID, no es más ni menos que una profanación de tu libertad y una intrusión en tu cuerpo. Meterte un artilugio bajo la piel, nos indica que consentimos tener un dueño; lo mismo que nuestro perro y nosotros. Estamos diciendo que el perro que lleva el michochip tal ¿...?, pertenece a tal persona. La persona que lleve el microchip tal ¿...?, pertenece a tal gobierno. Aquél que no cumpla los requisitos impuestos por el gobierno será inoculado con alguna sustancia contaminante que te convierta en un zombi. O mueras instantáneamente en el lugar donde te encuentres en ese momento. O no puedas comprar nada si no llevas implantado el aparatito... que puede ser todo lo pequeño que quieras pero por ese motivo se lo podían meter ellos por el santo ano papal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario