MAURICIO MACRI Y EL PRO: Un
experimento de la derecha española Mauricio
Macri y José María Aznar, una historia de padrinazgo político
Durante varios años se vio al macrismo
como un experimento político porteño. El resultado de la primera vuelta
electoral demostró que no existía ningún impedimento genético para que
el PRO pueda cruzar la General Paz. Aunque es visto como un
experimento conservador local, el macrismo es también el resultado de
una paciente siembra del líder del Partido Popular español.
Pero agreguemos otra capa: el partido
que lidera Mauricio Macri ni siquiera puede analizarse como un invento
criollo, desconectado de otras realidades políticas. Por el contrario,
en los últimos años se entrelazó con otros partidos conservadores de
América latina, con los cuales forjó vínculos personales y políticos
cada vez más fuertes.
Dada la prevalencia de gobiernos
progresistas durante la última década, los aliados del macrismo fuera de
Argentina son, en general, partidos y líderes opositores, ya sea en
Brasil, Ecuador, Venezuela o Uruguay.
La última demostración de estos lazos
ideológicos fueron las palabras del ex candidato conservador de Brasil,
Aécio Neves, quien felicitó a Macri por los resultados del 25 de
octubre, diciéndole que “te queremos de presidente para liberarnos del
bolivarianismo”. La frase revela que se trata de dirigentes se reconocen
como parte de una misma ola conservadora, con objetivos compartidos.
Esta nueva internacional conservadora,
tiene su historia. En el caso de la Argentina, es ya usual los viajes y
mutuos recibimientos entre dirigentes del PRO y los líderes opositores
venezolanos, como la ex diputada Corina Machado o Mitzi Capriles, esposa
del ex Alcalde de Caracas Antonio Ledesma, hoy detenido.
En abril de este año lograron hacer
públicas una serie de manifestaciones en el Foro de la Sociedad Civil de
la Cumbre de las Américas que se realizó en Panamá. Como un espejo de
lo que sucedía con los movimientos sociales o sindicales durante los 90 y
los 2000, es ahora la derecha política la que recurre a las “cumbres
paralelas” para oponerse a las políticas de los gobiernos progresistas.
Las invocaciones a la “sociedad civil” y las “ongs” muestra el
aggiornamiento de quienes en otro tiempo se respaldaban en las fuerzas
armadas o la Iglesia.
Ahora bien, todo este entramado no
depende sólo de articulaciones personales ni partidarias, sino que tiene
su punto neurálgico en una red de ONGs y asociaciones civiles y centros
de estudios bien concreta. En el caso del macrismo, además de la
conocida Fundación Pensar, que funciona como think tank oficial del PRO,
también tiene su relevancia otras más desconocidas como ESTELA
(Estudios Estratégicos Latinoamericanos) que maneja Esteban Bullrich, la
fundación LED (Libertad de Expresión + Democracia), que preside Silvana
Guidici o la Fundación Libertad, entre otras.
Falta dar un paso más. Esta red de
usinas conservadoras reconoce una metrópoli. Contra lo que puede
suponerse, no se trata de Washington, aunque desde ya se tienen puentes
allí, sino Madrid. Y es que la nueva derecha regional, y el macrismo en
particular, tienen en José María Aznar y el Partido Popular su verdadero
norte.
Aznar, quien presidió España entre 1996 y
2004, fue fundamental como mentor de distintos líderes conservadores
que, en medio del ascenso de los gobiernos progresistas, parecían quedar
a trasmano de la historia. Como cuadro político de envergadura que es,
Aznar se dio a la tarea de animarlos y adoctrinarlos.
El instrumento fue la fundación FAES
(Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), presidida por el
propio Aznar, y que funciona como aglutinadora de las ONGs
latinoamericanas, además de otorgar líneas ideológicas maestras,
financiamiento y contactos en EEUU y Europa.
En el caso del PRO y Mauricio Macri, el
padrinazgo de Aznar es inocultable. Cuando llevaba menos de un año al
frente del gobierno de la Ciudad, recibió con honores al ex presidente
español. Era marzo de 2008 y el conflicto por las retenciones ya venía
escalando. “Nada es más gratificante que ser presidente de tu país”, le
dijo Aznar a quien ya era su pollo para competir por ese cargo en
Argentina. Macri le devolvió favores y lo declaró “ciudadano ilustre”.
En el 2011, año electoral en España,
Macri hizo campaña en Buenos Aires por el Partido Popular, aunque se
cuidó de que no trascienda mucho en la prensa argentina. En el Centro
Cultural de España en Buenos Aires dijo: “nos sentimos claramente unidos
en la misma cultura y en el mismo destino y la espera de lo que nos
manden y podamos ayudar”.
Y agregó, poco profético: “Si hay
alguien que va a saber recorrer el camino duro de la recuperación, si
hay alguien que va a saber cómo de esta crisis generar una oportunidad
para el pueblo español, estos son los dirigentes del Partido Popular”.
El PP ganaría las elecciones ese año,
pero el gobierno de Mariano Rajoy, lejos de “generar oportunidades para
el pueblo español”, llevaría a cabo un ajuste brutal que disparó la
desocupación hasta el 25%.
El padrinazgo ideológico de Aznar sobre
Macri terminaría de sellarse con los congresos que la ONGs española
realizó en el 2013 y 2014 en Buenos Aires. En ambos encuentros la FAES
logró aglutinar a todo el enjambre de fundaciones conservadoras
argentinas, y tanto en el primero como el segundo encuentro imprimió el
carácter político al definir el círculo de amistades del líder del PRO
como Sebastián Piñera, Alberto Lacalle (ex presidente de Uruguay) o
Jorge “tuto” Quiroga, ex presidente boliviano y aliado del ex dictador
Hugo Banzer.
Cuando los lobos se disfrazan de corderos
Lobos disfrazados de corderos
En la campaña de las elecciones generales de 2011, el PP fue a buscar el voto emigrante a Argentina y contó con el apoyo fervoroso del alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri.
Macri hizo campaña por Mariano Rajoy, el
presidente cuyo gobierno ha destruido todas las leyes progresistas de
30 años de democracia y deja a la sociedad española en unos niveles de
pobreza similares a los de los años 70. Reconstruir lo que el gobierno
del PP ha destruido, necesitaría una mayoría de fuerzas progresistas en
ambas cámaras legislando sin parar durante dos años , sin recesos
parlamentarios ni vacaciones y aun así será difícil deshacerse de las
peores leyes represivas y antisociales que ha dejado su gobierno, porque
las ha blindado para dificultar su derogación.
Los lazos entre el PRO de Mauricio Macri
y el PP son más profundos, de lo que tal vez se sepa en Argentina. Los cuadros
del PRO se forman en la
FAES, la fundación ultraconservadora creada
por el ex presidente español José María Aznar. De hecho, el think tank
PENSAR de Macri, está integrado orgánicamente en la FAES.
Como muestra de su admiración al ex
presidente español y fundador de la FAES José María Aznar, Mauricio
Macri lo distinguió como ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos
Aires. Me pregunto si tal honor se debió a que Aznar fue, junto al
estadounidense George W. Bush y el británico Tony Blair, uno de los
promotores de la invasión ilegal de Irak, bajo la mentira de la
existencia en ese país de armas de destrucción masiva.
A pesar de los estrechos vínculos entre
el PRO y el PP, Mauricio Macri debe ser conciente que la opinión pública
argentina está perfectamente informada de los desmanes del gobierno de
Rajoy en España y no le interesa que se recuerde su admiración por los
ultra conservadores españoles y sus politicas neoliberales. A la
formación que lidera Mauricio Macri, le interesa mostrar que han virado
al centro y proclaman que se sienten más cercanos a la formación
Ciudadanos, un partido emergente en España que oculta su ideología, por
lo cual es mucho más peligroso que el PP.
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