lunes, 26 de octubre de 2015

para mear y no echar gota

El Supremo avala el despido de un empleado que salía a fumar sin tragarse el humo

“Tiene los pulmones de puta madre”, destaca la sentencia


El farsante aprovechaba el momento en que otros compañeros de trabajo salían a fumar un cigarrillo para unirse a ellos y disfrutar de unos minutos de asueto y tertulia mientras simulaba inhalar sustancias nocivas. “Todos sabíamos que era un jodido impostor, pero era tan divertido y ocurrente que decidimos hacer la vista gorda”, explica uno de los compañeros fumadores del trabajador despedido.
Al parecer, el engaño se prolongó durante casi siete años, hasta que una discusión entre el farsante y un  compañero del grupo de fumadores acerca de uno de los postulados de Euclides acabó de manera poco elegante. Según el testimonio de los otros trabajadores, el comediante no soportó que calificaran de axioma lo que él veía como un teorema, así que le arrebató el cigarrillo a su contertulio y se lo partió en dos. Minutos después, el farsante era denunciado ante la empresa por falsificar su adicción al tabaco y fue despedido inmediatamente. Tras varios recursos el Tribunal Supremo ha fallado a favor de la empresa.
La patronal cree que podría haber muchos más farsantes entre los grupos de empleados fumadores, por lo que ya ha advertido a sus trabajadores adictos a la nicotina que considerará cómplices a todos aquellos que encubran a quienes no se traguen el humo.
La típica mirada huidiza del mapache, las caladas cortas e inseguras al cigarrillo, no expulsar humo por la nariz y la exagerada forma de coger el pitillo con las dos manos son algunas de las señales inequívocas por las que se puede desenmascarar inmediatamente a un falso fumador.
Encima que un no fumador no se contamina ni contamina el ambiente,  no puede tomarse el descanso como los que fuman. ¡A fumar toca!

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