Para que nuestra tierra alcance los más altos destinos, hemos de suscribir todos los socialistas, los radicales y los centristas, esta fórmula: Cataluña necesita un gobierno central débil. Sobre todo, para que la República se vea reforzada por la incapacidad del poder ejecutivo, la inestabilidad ministerial y los poderes excesivos de los diputados. El pueblo se sentirá defraudado por el gobierno central laxo, y los conflictos provocarán un desgarre de límites insospechados. Sin embargo creer que la fortaleza de un régimen político es consecuencia de la debilidad del ejecutivo es un sofisma y máxime, cuando los políticos son unos corruptos. Como lo son la mayoría en la CAC, Comunidad Autónoma de Cataluña. Las Repúblicas están constituidas por lo peor de los partidos políticos. Los individuos más innobles de la catadura política. Son un virus para cualquier país, región o comunidad. La prueba la tenemos en el chorizo más chorizo de la Comunidad Catalana, el Pujol y su recua familiar. Y Mas no se quedará atrás cuando la justicia investigue los haberes que tiene, cuyas cantidades ascenderán a las mismas del molt Honorable.
La esperanza de los españoles estaba en manos del memo de Rajoy. Un memo que está sumando aplausos por los conflictos en la Comunidad Catalana, pero que no ha hecho nada cuando en su poder -los españoles- habían votado en mayoría. Ahora está esperando las próximas eleciones generales del 20 para seguir en el poder o pasar el testigo a otro. Si cuando tuvo la mayoría absoluta no hizo nada contra contra Mas, es muy posible que la próxima legislatura que disfrutara Rajoy seguiría en la misma. Todo un techado de intenciones..., pero que sólo se queda en eso. No se puede ser más traidor a los españoles que le votaron. Sabe que la mayoría absoluta no la va a conseguir y que necesitará de pactos con otros partidos de ahí, que, Albert, de Ciudadanos, se esté preparando una buena campaña electoral al comunicar su intención de negociar con la izquierda, la derecha y... Potemos.
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