lunes, 19 de octubre de 2015

el número de la Bestia

Cito: Aunque la mayora de la gente creía y cree que el número de la Bestia es el 666, no es correcto. Se trata de un error basado en una alteración neotestamentaria realizada en los tiempos del emperador romano Nerón. Éste -al que se atribuía también equivocadamente el incendio de Roma- persiguió a los cristianos con cruenta ferocidad. Por eso, su cifra numerológica, el 666, fue introducida por los primeros cristianos, sustituyendo al original 616 en el Apocalipsis. Ese cambio quedó fijado por el tiempo y llegó hasta nuestros días. Papiro Ji Iota sigmaLa literatura y el cine se encargaron de hacer el resto.
No obstante en 1985 un grupo de arqueólogos británicos que realizaban excavaciones en la ciudad egipcia de Oxyrhynchus descubrieron un vertedero a unos 10 metros de profundidad, hallando en él numerosos  fragmentos de papiros que rápidamente  trasladaron a Oxford para su análisis. En 1999, los primeros resultados sobre el estudio de estos documentos develaron que uno de estos pergaminos correspondía al Apocalipsis de Juan, escrito en el siglo III y sobre el año 300 D.C.
Esta investigación también reveló que el número más infame del mundo que representaba a la marca de la bestia,  no era el 666, sino el 616.  Tres letras representan el numeral: JI que representa 600, IOTA que representa el 10 y SIGMA que representa el 6. 
Tenemos, por tanto, un pequeño desajuste en la numerología de la Bestia, el Anticristo, aunque no sea preciso acudir en ayuda de los números para llamarnos bestias. 
Este dato me parecía necesario difundirlo en este blog por la sencilla razón de su desajuste numérico. 
Ahí queda ese dato, y hay otro que he leído en varios libros: el arrepentimiento de Jesús en la cruz que le haría, -en el caso de existir las fuerzas oscuras-, miembro del infierno. El "Dios mío, Dios míos, ¿por qué me has abandonado?", podría ser considerado como un arrepentimiento en el acto ùltimo que estaba dando; el demonio con sus tentaciones habrían calado en el corazón de Jesús. Hasta el punto de que en su infancia el juego favorito era hacer que los demás murieran a poco que lo contrariasen. Más que la infancia de Jesús, parecía del mismo Satanás.
Se cuenta que un fariseo, que estaba con el niño, tomó un ramo de olivo y destruyó la fuente que había hecho Jesús. Y, cuando Jesús lo vio, se enojó y dijo: "Sodomita impio e ignorante, ¿qué te habían hecho estas fuentes, que son obra mía? Quedarás como un árbol seco, sin raíces, sin hojas ni frutos". Y el fariseo se secó, y cayò a tierra y murió.
Otra vez, Jesús atravesaba la aldea, y un niño que corría, chocó en su espalda. Y Jesús, irritado, exclamó: "No continuarás tu camino". Y, acto seguido, el niño cayó muerto.
En otra ocasión peleando con un amigo le dio una buena paliza a lo que Jesús le lanzó una maldición, cayendo el niño muerto. Aunque, cuentan que, a éste, lo resucitó.
José tomó a su hijo aparte, y le reprendió, diciendo: "Por qué obras así? Estas gentes sufren, y nos odian, y nos persiguen". Y Jesús respondió: "Sé que las palabras que pronuncias no son tuyas. Sin embargo, me callaré a causa de ti. Pero ellos sufrirán su castigo". Y, sin demora, los que lo acusaban, quedaron ciegos.
Señores, queda claro, que hay que saber a qué Dios debemos pleitesía y expresamente, a los que tenemos, no. Sin embargo, quede claro que cada cual debe ser consciente de sus creencias, y su vida religiosa.

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