para el recuerdo. Y sobre todo, para el recuerdo de la mujer de Obama cuando su marido tanteaba pelo, pico, pata, con la homóloga danesa. Y no lo decimos nosotros, la foto lo dice todo y del talante de Michelle, sobre todo. Y es que los cuernos si se ha de comer de ellos, se les puede aguantar; ahora bien, tenerlos por una rubia oxigenada danesa y en el adiós de tan honorable mortal: Manela, no venía a cuento. Un tanto de lo mismo cuando les recibió Berlusconi, en una de aquellas, en la que a la Obama, la tocó el culito. Y es que entre ellos, casi familia numerosa, no hay motivo para los celos, porque están acostumbrados a estar todos revueltos, con todos. A Michelle habría de ponerla al tanto de todas estas modas del lobby gay y putiferio vario, para que no la coja de sopetón. Entre ellos no hay: este es mío, ni ese es tuyo. Éste, ése, aquél, ésta, ésa, aquella, es de todos para disfrutarlos entre todos. Una libertad inerente a su rango, y a sus esperiencias y cunas. Todos han nacido: como han nacido; y ninguno se lo echa en cara. Son así, y así gobiernan el mundo. Un atajo de psicópatas y salidos sexuales.No obstante, están dando rango de milagro a ciertos aspectos políticos que, en su día no se dieron, y reconciliaron en el funeral. Y, es posible que así sea, sin embargo a quien debería de haber bajado la paloma del espíritu, era al intérprete de signos, que ese día no era su día (que casualidad); o tal vez se coló en una fiesta que no era para él, y se puso a hacer el ganso para salir en la foto y hacerse famoso. Éste individuo no sabe que los servicios secretos operantes en estos eventos no se andan jugando o riendo gansadas; sino que juegan a otros juegos de roll más peligrosos, y su final es la muerte. No hay que introducirse, sin más, en estos lugares sin ser autorizado, porque puedes aparecer o desaparecer con una piedra atada a los pies, en el fondo de algún estanque.
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