martes, 3 de diciembre de 2013

tantos años echando la culpa

a los nazis de un genocidio despiadado y brutal, y resulta que sale un judio para decirnos que todo aquello ha sido una puesta en escena de los estudios de Hollywood, al igual que hicieron con la subida a la luna. Tantos libros difundidos por tantos otros escritores, que han nadado entre el polvo contenido en tantos legados apilados en estanterías de la segunda guerra, para que al fin*** todo haya sido pura ficción.
No sé si echarme a reir o fruncir el enojo o entre ojos, y partir ráudo y veloz contra todos estos divulgadores de la mentira y la inexistencia de la historia. O, dirigir mis pasos hasta encontrar al mamarracho que ha dicho estas aseveraciones y no le han denunciado por sionista traidor y mentiroso a los suyos, a esos 6 millones de judios que fueron tiroteados junto a sus familiares, desnudos como vinieron al mundo. 
De verdad que uno no sabe que atormenta más si el saber que se cometieron tantas atropelías o saber que hay alguien que las niega. Ambas dos teorías tienen en común cabrear a quienes se introducen en la historia, aunque solo sea de paso.
Mismamente acabo de leer un libro, que recopila información de personajes de las SS y sus actos, que ponen los pelos de punta. Y todo ello sacado de archivos (lo dice el escritor y quiero pensar que es verdad) encontrados en oficinas alemanas con fechas, nombres y defunciones correspondientes. 
Joseph G. Burg es ese judio que intenta derriba el Holocausto judio en los campos de concentración, a través de libros de puño y letra. Solo cabe que los suyos, hermanos judíos, le permitan pisar los campos donde yacen los asesinados, porque en este momento lo tiene prohibido. Nadie le deja pisar el cementerio judio nazi.

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