miércoles, 11 de diciembre de 2013

a mí me escama

que la muerte de Mandela se haya elegido como la reunión mundial de los políticos. Me escama que presidentes de países que no se hablaban nunca (Estados Unidos y Cuba) sea en África donde se hayan dado la mano como si de una tontería se tratara lo que se han venido haciendo hasta ahora. ¿Qué está pasando? Ante el mundo están dando una señal de triunfo hacia el Nuevo Orden Mundial. La gente estamos preparados para asimilar la venida de aquel ángel que nos salve de la bazofia en la que nos han metido los políticos mundiales. Es ahora cuando el ángel caído volverá para salvar a la humanidad de las garras de la pobreza y la esclavitud. ¿Pero quién es ese ángel caído? Ellos mismos, se proclaman así, lo mismo que levantan la mano haciendo la señal de los cuernos, invitando al demonio. He aquí, que nuestro presidente, nos siga dejando a la altura del betún de los demás invitados o registradores de la propiedad humana, en el discurso o parecer (porque no se sabe bien qué es) al aglutinar el entierro de Mandela en el estadio de futbol con lo grande y bonito que es; más grande y más bonito de lo que le había parecido por tv. Todo un discurso de un presidente de la república independiente de mi casa. Y es que es así, lo serio que se toma esta gente las cosas, y más a sabiendas que todo es una manipulación dirigida hacia los ciudadanos del mundo.
Todos aquellos que vemos un poco más allá, venimos diciendo que la gente debe despertar, pero después te das cuenta que despertar te produce más dolor por lo que te vas dando cuenta hacen a la humanidad. Esí sería el sentimiento que tendría Jesús en la Tierra, cuando se diera cuenta de lo que son capaces de hacer determinados individuos contra los demás, en pro de su instinto más distancialmente opuesto a sus enseñanzas. Corregir esto nos va a costar muchas almas, pero estoy seguro que estas almas volarán para retornar con las fuerzas renovadas. 
Este es un planeta de Amor, Inteligencia y Voluntad, y nada ni nadie, puede cambiar eso. Por mucho que nos separemos del plan trazado, volveremos a él (camino) por nuestras propias voluntades. Hay un camino por recorrer, que no tiene nada que ver con el de la política ni las ideas separatistas. 

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