jueves, 5 de diciembre de 2013

se necesita ser cínico

para decir que Ricart no debería haber salido de la cárcel. Por esa regla: ni los etarras. Y en ella deberían estar los chorizos políticos y asesinos de Estado más, los asesinos eclesiásticos que participaron en la muerte de niñas en rituales, tanto en Italia, como en España.
¿De dónde tenían Ricart y su otro cómplice, 80.000.000 euros en su cuenta? De trabajar no. Eran los sicarios y proveedores de carne nueva para esos rituales al demonio Gog o Magog, por esa casta malvada y parasitaria que hay dentro de la política y la iglesia. De ahí sale el video de esta sociedad depravada, cruel y asesina. Está claro que no son humanos, y que sus cabezas están alienadas por vampiros dimensionales. Pues esto es lo que tenemos de dirigentes en las altas esferas de la sociedad; lo más bajo de los mortales.

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