lunes, 9 de diciembre de 2013

Rajoy, a parte de otras,

Rajoy garantiza que "lo peor ya pasó" y defiende que "ahora hay esperanza" para salir de la crisistiene la cara macilenta. Gracias a la bandera, que le transfiere su color dorado, tiene pinta de arlequín. Y es que Mariano no escasea en decirnos que estamos en la champiom ligue de la crisis; ¡ah perdón, este era el señor Zapatero! El señor Rajoy es, el que ve la luz al final del túnel. Lo curioso es, que nadie de los que van en el tren on él, ven esa extraña luz. Y nos preguntamos: ¿estará el señor Rajoy fumado? ¿Habrá esnifado algo que le haga ver luces y túneles? Y llegamos a la conclusión de que, efectivamente, el señor Rajoy está drogado. Y este es el meollo de la cuestión. Si nuestros dirigentes están drogados y se permiten sinsabores de este tipo; los ciudadanos pedimos drogarnos, también, con esa sustancia espiritosa, que nos haga ver otra cosa que no sea la realidad. Porque ésta, la realidad, no es afín del ciudadano y la sinergia política. Alguien miente. ¿Los ciudadanos o Rajoy? 
El señor Rajoy ha comenzado su política electoral, con tiempo. Todo va bien. Bajada de impuestos. Menos parados (porque si hubiera más estaríamos todos ocupando los bancos de madera de los parques y jardines), y nada de nada de la contabilidad "B": eso era cosa de Bárcenas. Al parecer, él pasaba por allí y le caían los sobres. En fin, todo un bulo de la izquierda para defenestrarle de la política.
¡Porca miseria!

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