otra vuelta de rosca...

que nos da la unión europea en cómo utilizar nuestro dinero. Ya no basta que lo ganes con el sudor de tu frente, sino que encima nos dicen dónde, cómo y en qué, debemos gastarlo. Esta es otra treta, al igual que la entrada en la desunida-unión europea, para bajar el nivel de los, ya, bajos estándares sociales. El dinero de aquel entonces, se vió mermado en cantidad, y los que creyeron tener unos ahorrillos para longo espacio de tiempo, se vieron que el spacio-tiempo se había acortado en la misma proporción que el dinero. Ahora, Suecia, quiere implantar el uso, solo, de la tarjeta de crédito; esa tarjeta que de momento en España algunos bancos no cobran por operar cierta cantidad de veces, pero que lo harán cuando las condiciones sean propicias para tal fín. Otra forma de hacer sacar del colchón el dinerito que no te gustaba tener en el banco. Como los bancos han visto que la gente ya casi no dispone de dinero en las cuentas corrientes pues... qué mejor que quitar de la circulación el papel moneda y usar el plástico para pagar. En fín, que como vemos nuestros dirigentes, tan dirigentes en buscar solucions para jodernos lo más que puedan. Dentro de poco, también, quitarán las tarjetas de los bancos, cuando tengamos el chip, mierdoso, incrustado en el cuerpo. ¡Espero que no se estropee mucho, para no tener que ir al desgüace muchas veces! Espero, también, que no sea muy sensible y pitemos en cada paso de arco de seguridad de los supermercados. ¿No sería alarmante que pitáramos, por efecto de simpatía, todos los parroquianos en la omilia del domingo a las doce? Para que veamos hasta que punto la Iglesia está a la vanguardia de las tecnologías, que hay parroquias donde no te pasan el cepillo, sino la máquinita lectora de tarjetas de créito para que dejes la limosna. ¡La Casa de Dios también se moderniza! ¡Ay, si Este levantara la cabeza! Aquel que, con látigo, echó del Templo a los mercaderes diciéndoles que era casa de oración y no de comercio.
¡Vivir para ver!