Cuando descubro abochornado las mega ciudades construídas en lugares desérticos y para lo que supuestamente se construyen (abrigar a la población de Kazajistán de las inclemencias del frío, como si los pobladores de Kazajistán hubieran nacido ayer en ese lugar), no tengo otro cabreo que subirlo al blog y compartirlo con vosotros. Una mega ciudad con canales venecianos, playas de arena y jardines de ensueño para sus habitantes. ¡Es seguro que está preparado para albergar a los campesinos: cabreros y ovejeros de la zona! Y, ya, no contento, desea cubrir todo ello con una cúpula termal de dos kilómetros.
Pero no debemos preocuparnos, tenemos dentro del equipo un buen aliado que terminará con la obra por los suelos: el español Ricardo Bofill.
Al igual que los antiguos visitadores de la tierra dejaron sus tronos de poder: las pirámides, diseminadas en todas las culturas inculcándoles quienes eran los dioses, aquí tenemos sultanes, sursultanes, hijos de... que se gastan la pela en demostrar a los suyos y al mundo quienes ostentan el poder. La Iglesia: el Vaticano. Todas las mega-ciudades,con sus monolitos, sus catedrales, sus buenas bibliotecas, no son sino demostraciones de poder. Y ¡El pueblo, en la más mísera de las situaciones!
¡Vivir para ver!
viernes, 27 de abril de 2012
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