lunes, 23 de abril de 2012
lágrimas...
derramadas al saber que los políticos, cuando se reúnen en comandita a tratar temas de Estado, olvidan que tienen hijos, padres, abuelos. Que unos serán el futuro: según les tratemos y dejemos la herencia; otros estarán orgullosos de nuestros actos y otros se convertirán en esos niños que fueron en su infancia: en muchos casos fallidas por culpa de las circunstancias. Las mismas ( circunstancias) que sufren nuestros hijos, y la rueda vuelve a empezar, por culpa de las decisiones mal tomadas. ¿No deberían mirar a sus hijos, con el corazón, al salir de casa, para tomar decisiones importantes en el día de sesiones?
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