En vísperas de las elecciones generales..., con qué maestría..., unos islamistas pusieron una bomba en los trenes de Atocha que derivó el voto a la izquierda perdedora, del día 14M. ¡Qué casualidad! Y más casual fue el hecho de que los trenes fueran rápidamente escondidos y el caso, como en Valencia con la Dana, ocultado. Paralizado hasta con la muerte de los terroristas en una vivienda de seguridad policial.
Siempre que pienso en ello me viene a la mente la actuación de un chorizo localizado en su territorio que, enseguida, se da cuenta de si algún otro chorizo ha penetrado en su esfera de acción.
¿Acaso los etarras eran más tontos que un chorizo local?
Creo que tuvieron, si no participaron, conocimiento del acto que se iba a cometer en Madrid. Qué mejor que en Madrid para mayor repercusion mundial. Al igual que el tiro en la nuca que dejó a España paralizada.
Estos actos no son de pura casualidad. Porque la casualidad en los tiempos que corren no se dan. Estos tiempos son de cálculo y probabilidades. Un estudio bien detallado de los tiempos y número de personas a asesinar. Si, luego, se topan con un socialismo que intenta tapar todo lo que toca, porque todo lo que toca es para perdurar en el poder... entonces no nos extraña que la investigación quedara como quedó. Con un morito en la cárcel como culpable lelo de todo el embrollo cabalístico del procedimiento. Mentes pensantes en la trama de un atentado y un solo individuo arrestado que pasaba por allí.
¡Que nos lo cuente la psoe!
Sí, hombre, ahora la psoe se va a poner a aclarar los motivos por los que salio vencedor en las elecciones del 14M; si está metido, ahora, en otra trama de organización criminal.
Esta gente no sale de una, cuando la conectan con otra.
No tienen bastante dinero para vivir que tienen que robar a manos llenas y de origen dudosa. Todo un entramado políticosocial al ocurrido el 11M de 2004.
¡Sin palabras!
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