...lavada de mugre.
No han tardado nada en sacar las cajas fuertes con la documentación de PSOE, en Andalucía...; para sacar la caca en la casa de los peperos: 200 contratos para hacer limpieza; ya que todas las casas se están limpiando de excrementos perniciosos de los mafiosos políticos. Se me olvidaba la encomiable fatalidad de las miasmas de Podemos. El caso es que, ya puestos, nos lavamos las prendas de golpe y así quedamos todas las formaciones políticas dispuestas, otra vez, a volverlas a ensuciar con nuevas y mejorables formas, para que los ciudadanos no podamos tener conocimiento hasta que remansen las aguas revueltas, en el río de las ganancias.
40 años ensuciando la ropa con olor a olla de pastor, para salir airosos después con vítores y parabienes, como el etarra hablando de humanidad, en la Universidad. 40 años de deshonra para aquellos que han muerto y no han sabido que sus partidos, sus políticos, sus formaciones publicas, eran unos granujas, unos desaprensivos, unos rateros, unos pedantes y unos hijos de puta. Aún los hijos y nietos de esas putas siguen llevando la miseria arrastras, como las tripas el caballo embestido por el toro. Cuyo tufo a parca inunda las calles y plazas por donde pasa. Un tufillo que inunda y se pega en las fachadas y en el éter, resistiéndose a ser limpiada. La suerte de estos mierdas es, que todo el mundo puede olerlos, menos quienes despiden la olor de sus muchas fechorías institucionales.
Recuerdo que las ciudades de justicia están plagadas de demandas de unos contra los otros, en un desesperado esfuerzo por empujar al contrario del escaño. Montones de papeles nos dan testimonio de una desenfrenada carrera por ver quién de todos es más chorizo y ladino. Y si te he visto no me acuerdo. Después se ramonean como si no se hubieran empujado o insultado. ¡Es tan insultante pensar que quien te creó es un psicópata salido...!
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