Este santo Papa está consiguiendo que todo aquél que maneje una influencia religiosa del tipo que sea, se cueza entre las paredes de los santos lugares. Así le dio por viajar a África con la misión de que los santeros vuduistas, se pasasen a las filas de Franc. A este le importa una mierda lo que el Vudú provoca en las personas que son amenazadas con esta santería. La cuestión es que entren, en los templos cristianos, todo tipo de creyentes y dejen la limosna santa. Esa limosna que es preferible dar a la iglesia que a los que piden fuera de ella. Éstos son, para la curia, una congregación de mafiosos o miembros de la mafia... le dijo la sartén al cazo: aparta que me tiznas.
Los ortodoxos que conozco me negaron que sus miembros entrasen en los templos cristianos a rezar. Tuvieron que reconocer su error. La iglesia a puesto a su disposición templos cristianos que no se utilizan, para sus rezos del sabat. Nadie apostaría por la cercanía de la iglesia con el luteranismo... y se está dando. Y así todas y cada una de las creencias que existen en el globo terráqueo. Ahora son todos hermanos -en el Nuevo Orden Mundial- después de romper los rencores del pasado. Un pasado en el que cada uno de ellos ocupaba su buen lugar en la sociedad. Una sociedad de ideología religiosa, más que de introspección receptiva.
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