le voy a pedir a VOX me traiga una Smith & Wesson. Que sea parecida a la que lleva Santiago Abascal para su seguridad personal y la de su familia. Es importante esto que aplaude VOX. Estamos invirtiendo dinerales en la seguridad de tu casa, de tu coche, de tus enseres y haberes y resulta que en cualquier momento alguien viene y te lo puede robar sin ningún tipo de ambages. Y, tú, como buenista y hombre religioso...: le das la mujer y los hijos, todo el lote, porque no tienes el lugar que les habías comprado con sudor y lágrimas, y lo das, con amabilidad amplia.
Despierta España.
Si por fama de lo que pasa:
"hay que matar a diestro y siniestro,
matar de noche y de día,
matar el Ave María y
hasta el Padrenuestro". Sea.
Los únicos que tienen la gentileza de dar lo que no tienen son las ONGs. El resto de habitantes, por metro cuadrado, tienen el derecho y deber de defender, con uñas y dientes, aquello que has ganado con el sudor de tu frente; y no del de enfrente...: pretensiones de los que vienen de estraperlo y guante blanco.
Es normal que haya contraste en la panorámica blanca si vamos metiendo y mezclando los negros, los yihadistas, los musulmanes, los... para...
Ya tenemos bastantes con nosotros solos y sin que vengan apretando y sobando. Que, por cierto, todos los que vienen están pidiendo por las calles, plazas y puertas de supermercados e iglesias, cuando -supuestamente- venían a levantar España a través del trabajo y la Seguridad Social. Lo de la Seguridad Social es bien sabido que pasa a ser lo primero que piden a través de la ONG, y les concedemos, para que ¿no tengan problemas o no los crean? No sé muy bien como gente que no ha cotizado viene con todos los gastos pagados, la paguita mensual como jubilado y francotirador de lo que le venga en gana.
¡No, hombre, no!
Las ONG deben desaparecer como desaparece una criatura cada tres segundos. Ya basta de marujear y trapichear con la gente, la vivienda, y el trabajo. En Valencia hay ONG y curas, conchabados con empresarios de la naranja o el campo en general... y les mandan la mano de obra negrita y panchitos y cobran los curas. Y, éstos, les dan lo que les quieren dar. Tan es así, que llaman por teléfono a los empresarios para preguntarles cuánto le han pagado por jornada laboral. Y si coincide, bien, y si le han dado propina, el cura le pide la misma. Lo del tráfico de negros lo tiene, en honra, la Iglesia. A esa Iglesia a la que solo la trabajan voluntarios. ¡Menudo chollo!
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