viva las fallas. A rey muerto, viva el rey. Esa es la consecuencia de la secuencia que los humanos tenemos para dar trabajo a la gente..., que corra el dinero del contribuyente..., que siga la juerga de muerte y vida de las fiestas. Fiestas finiquitadas, que viva el toro. No entiendo por qué tiene que haber derramamiento de sangre santificando las fiestas. Será, tal vez, ¿por la muerte del Hijo de Dios? ¿Vamos a tener que pagar el pecado de Adán y Eva (que Dios hizo a su imagen y semejanza: ¡así sería el viejo Dios!) todos y cada uno de los seres vivos del planeta? ¿Se puede saber por qué, también, se han... y,siguen matando..., animales en loor del dios de los judíos? ¿Qué cojones tenemos nosotros que ver con semejante Ente diabólico para rociarle de sangre inocente? ¿Son, tal vez, los ganaderos,los diabólicos enviados por el Maligno para servirle de escusa a la matanza indiscriminada de seres en pro de la vida de ese Ser despreciable? -No hay otra explicación-. Y, como los sutiles hombres de negocios llamados ganaderos (de ganancia por sacrificios) tienen la mente del tamaño de una nuez... pues se sienten los sentencias para determinar que el toro de lidia moriría si no se le mata en la plaza. Toda una sentencia universitaria. No hace falta más que verles y oírles para saber que su amueblamiento mental es cero patatero. Pero como ganan millones a base de la matanza indiscriminada de animales...: se permiten el lujo de determinar si las dehesas dejarían de serlo por el hecho de que los toros de lidia desaparezcan. No entiendo porqué los toros de lidia tienen que desaparecer si no se les mata; ni tampoco tiene porqué desaparecer las dehesas si el toro de lidia no se le mata. Realmente, el toro de lidia, desaparece, cuando se mata al astado. No cuando se le puede ver disfrutar por las dehesas... corriendo, jugando, y corneándose, con el compañero de vida y disfrute. ¡Basta!, de tanto mamoneo y mentiras varias, para hacernos creer que los ganaderos son la diosa de la justicia, con romana en mano. Al igual que los cazadores se reconocen los justicia a la hora de mermar el número de animales que andan sueltos por los montes, campos y llanos. Ya hemos visto en qué grado de crueldad se convierte un cazador cuando un zorro se deja coger y se le aporrea contra el suelo y se le mata a patadas. Ya hemos visto qué grado de simio le embarga a la jueza cuando no ve signos de delito porque el zorro era campero y no domesticado. Creo que es hora de soltar los togados por el campo ,y conceder permisos de caza a todos aquellos que VOX reconoce que debemos portar armas. Sería un placer ver, desde un otero, como caen los togados en los ojeos.
¡Vivir para ver...!
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