Borrell se ha declarado culpable por no haber abandonado la entrevista con ese payaso de periodista alemán. Se ha declarado culpable por gañán, ñoño, mal Ministro y peor comunicador.
A ver cuando los Ministros españoles empiezan a llamar al pan pan y al vino vino; y se cagan en la madre que parió a cualquier vecino.
¡Basta de que nos llamen tontos del culo y memos de profesión!
Si hace falta mandarles a la mierda se la mandamos con todos los pormenores escritos y detallados.
¿Qué cojones les pasa a esta patulea de infames hombres de las cavernas hallados en Alemania? ¿Piensan, acaso, que toda la raza humana y la divina les debe complacencia y reverencia porque si no te encierran en campos de concentración? ¿A caso es esa la baza que se gastan para insultar a los españoles sabiendo, a ciencia cierta y conciencia, que los catalanes son asalta Estados? ¿Por qué no se meten sus jodidas lenguas en el culo alemán, y en esas bocazas de cabezas cuadradas?
Ah, ya, porque van de listos y nosotros de pardillos.
Pues hay que tener las cosas claras y las voluntades recias, para tomar la decisión correcta cuando uno no está a gusto con alguien que no se comporta adecuadamente, o no sabe conectar con el señor de enfrente.
Es verdad que un periodista no tiene porqué quedar con el entrevistado en las preguntas que van a formularle..., porque se convertiría en un compadreo que no vendría a cuento...: para entre un profesional del periodismo y el profesional políticos...; pero eso hace más ejemplar el que dos personas profesionales se respeten y no se alteren en sus respectivos cargos.
Creo que ha sido a raíz de la falta de respeto de la judicatura alemana, con la española, cuando se solicito la extradición de Puigdemont, la que ha creado esa disposición a que cualquier siniestro individuo pueda insultar a nuestros políticos constitucionales.
Y si ha sido así, no hay más que dar un toque de atención a Merkel y ponerla en su lugar de residencia. Porque, me da, que gobierna España desde la distancia y con bragas de hierro.
Por favor
basta de dejar a los españoles bajo las herraduras de los caballos. Aquellos que no sepan o puedan o se sientan débiles por y para enfrentarse en defensa de España...: lo digan y dejen el puesto a alguien con cojones para llevarlo a cabo.
Es simple, y no necesita sino: un renuncia.
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