qué gran verdad

 Solo hay una forma de gobernar a los gobiernos: <<con la corrupción.>>

 Y, por desgracia, en España estamos sobrados de partidos que operan a sus anchas llevándose, sin ambages, los dineros de los españoles que tanto nos cuesta ganar. 

¿Les importa?

Pues ya vemos que les importa más el cambio climático que la pobreza estancada en sus pueblos y ciudades. ¿Por qué hay tantos pueblos que están siendo abandonados cuando muchos de ellos son centenarios?

Porque sus políticos están mermando las ayudas que, sin duda, les deberían de llegar. Porque las ayudas, amigos, no son de ellos...; ellos solo tienen que repartir, convenientemente, a cada uno lo que le pertenezca. Bien que se reparten, entre ellos, grandes sumas de euros para amigos, conocidos y, por supuesto, a familiares.

Cuando nos acostumbran a verles insultarse y echarse las culpas de estas y aquellas mordidas a las alfoljas comunales...; cuando les pillamos infragantis en mentiras de grandes proporciones que afectan a los ciudadanos...; cuando nos insultan encerrándonos en las casas como si fuéramos apestados, para que ellos puedan salir sin que nos enteremos de sus correrías en pandemias...; cuando se van de putas a costas del erario público y nos lo tiran a la cara, después de que te digan que van a prohibir la prostitución...; todo ellos nos debería despertar lo suficiente para levantarnos en armas contra toda la corruptela de la que hacen gala, no solamente en España, a sus ciudadanos... sino a todo el elenco político mundial. ¿Creemos que le importa a alguien de la Unión Europea... por ejemplo? Pues no. Porque el que más o menos está metido en todo tipo de corrupción de tipo empresarial, trata de blancas, raptos de niños, drogas, asesinatos, movimientos puntuales de altercados callejeros... Todo, con tal de que los ciudadanos nos demos por vencidos ante tan canalla situación económica existencial. Y, sin embargo, los ciudadanos, estamos sometidos a una hipnosis colectiva generalizada que nos impide tomar las riendas de nuestras vidas y la de nuestras familiares, vecinos, compañeros y amigos. Y, encima, nos reímos de las propuestas que cada vez se van haciendo más verídicas en las nuevas fórmulas de represión social. Hay quien comenta que el demonio se está despertando dentro de la inconsciencia particular. Está tomando cuerpo en la mente de los ciudadanos y se incorporará a la vida pública no tardando mucho. Tal vez, la Agenda 2030, sea el comienzo de la gobernabilidad <<del Mal>> en plena evolución. Estamos viendo cómo <<el Enemigo>> se está apoderando de determinados políticos,  de mucho poder, cuyos desvaríos nos están dando señales de que <<la posesión>>, <<la influencia demoníaca>> ha calado, es evidente; de que el individuo es cadáver, dentro de su funda exterior.

Que no estamos desvariando, que no estamos diciendo algo por cuenta propia. Estamos diciendo lo mismo que nos están lanzando a las redes los que cuentan con un tiempo mínimo para poner en práctica lo que será un infierno Total dentro de no mucho. Que hay un colectivo que ha estado viviendo, padeciendo, una influencia demoníaca en sus propias carnes. Que Hollywood está despertando (aquellos que tienen, aún, ilusión de vivir) y lo comunican, como si de apóstoles se tratara. Que han sido inseminados con la semilla del mal, y su decadencia es rápida y demencial.

 

Estamos en la era del triunfo del carnero, y no tardaremos en darnos cuenta de que es tarde para muchos parroquianos del planeta. Pero, también, hay que tener en cuenta y no hacer caso, de aquellos que vengan diciendo que son de tal o cual planeta en ayuda de la humanidad. La humanidad necesita salvarse por sí misma y no con la ayuda de nadie. No necesitamos transformers para caer en la trampa o trama de los ángeles celestiales. ¡Cuidado, cuidado! Estamos demasiado concienciados, sensibles a presencias que no, siempre, son positivas. Son losbos con pieles de corderos. Fijémonos que el que nos antecede, no siempre es lo que parece.

<<Los hombres de Dios y los hombres de la guerra tienen extrañas afinidades.>> (Cormac Mccarthy)