nos vemos en la obligación de dar la bienvenida, al escaño, al presi de la formación del PP, al auténtico y enigmático gallego... el señor Feijóo. Es impresionante ver el caracter que derrochan los gallegos cuando entran a formar parte de la política madrileña. Dos Tontos muy Tontos dándose importancia de sus felonías en la Corte del Rey Felipe.
Se me hace muy cuesta arriba catalogar a Feijóo y a Yoli metidos en sus papeles políticos, sin ánimo, alguno, de ejercerlos, adecuadamente. Feijóo aterrizó como Cristo Salvador cumpliendo las funciones que dejó el traidor Casado hacia gente de su partido, y se ha desplomado como agua de mayo: fina y sin gracia. Así, la regente y descubierta traidora a Podemos, convertida en la Madonna Pia del ministerio de Trabajo. Una obra de arte si tuviéramos en cuenta que los contratados fijos temporales, están siendo demasiado temporales discontínuos. 450.000 fijos en la lista de espera del INEM, en el que, tampoco, estaban como desempleados. Una treta característica de los funcionarios zurdos. Así, sin duda, bajan las estadísticas del número de parados si no están apuntados en las bajas de desempleo.
Lo siento, pero estamos jodidos.
Si cuando se le hace una Moción de Censura al oponente no asiste el presidente de la oposición... mal apunta la cosa. Y es que no queremos ver que el PPsoe están muy bien juntos llevando las riendas de la política española sin nadie que les pueda desvelar los vacíos existenciales de sus señorías. Feijóo es un muñeco inchable para determinados eventos y, Sánchez, es un fantasma cuya imagen en el espejo se revela gris y sin gracia. Por mucho que intente tocarse la corbata cuando alguien le toca el cutis con palabras cargadas de realismo. Sánchez muta cada mañana de marmota a ángel alado, con las plumas rotas. Como el ave que, sin poder volar, gira sobre sí misma hasta que cesa rendida de repetirse la misma euforia por echarse a volar. Está muerta y no lo sabe. Su tiempo ha caducado.
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