China, para aquellos que tenemos la costumbre de acudir diariamente a Internet, tenemos conocimiento de que en ese país existe un Estado policial a la vez que un laboratorio de investigación con los sufridos ciudadanos chinos, utilizándoles como cobayas y, a saber, si no caerá algún otro viajero mochilero que se le ocurra pasar para saludar a Xi Jinping. Para ejemplo tenemos a los uiguren que sirven de mercado de órganos.
Tal vez nos preguntemos quiénes son los encargados de sacar a los donantes obligatorios de los campos de concentración en los que les tienen almacenados. ¿Quién, si no, que la policía estatal de Xi? Porque lo que demuestran los ciudadanos de esos países es que hay que ser bueno y dejarse hacer por el bien del país...; mientras Xi vive opíparamente de la miseria de sus paisanos. De ahí, el motivo, por el que no dejan a los uiguren que tengan la religión Falun Gong...: porque les hace libres de la opresión capitalista comunista. Y por eso, el mundo, deja de meterse con Xi; porque el mundo pertenece a los poderosos que han nacido para serlo. De ahí, que, la Biblia, sea el libro de Papas y gente de poder. Por eso habla de reyes, pastores de rebaño, y gentuza de armas y matanzas. Menos de religión... se lee de todo...
La cuestión principal, es, que los gobiernos no se sustentan con gente de buenas intenciones. Son puestos que requieren de la ingratitud de sus ocupantes. La verdadera humanidad reside entre los pueblos llanos. Entre la gente humilde que vive de compartir, lo poco o lo mucho, con sus vecinos tan pobres como él. Pero es que los dioses no nos hicieron pobres...; nos hicieron herederos de todo aquello que existiera en el planeta, sin miras a poseerlo todo. Solo las religiones han sido capaces de romper la magia que nos legaran, en el largo camino de convertirnos en el modelo diseñado para ser hombres.
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