miércoles, 29 de agosto de 2018

seamos sinceros

las plazas de toros ya no son lo que eran.
 Esos carteles multicolores anunciando a los toreros, toros, recortadores y picadores, en su momento más íntimo en el ruedo.
Y yo me pregunto, ¿por qué las plazas no las dedican a los botellones?
Dentro de la plaza, en la arena, los borrachos, y detrás del tablao, los servidores públicos de licores.
¿Pues no son tan buenas las bebidas que hasta médicos lo recomiendan?
Según la investigación de determinados médicos dentro del sector privado aunque digan lo contrario, se dedican a decir que se ha comprobado que tomar dos vasitos de vino en las comidas y un buen vaso o dos -también- de cerveza, hace fermentar la sangre y corre mejor por las venas. 
Y hablando de foso, sangre y experimentos hecho por médicos pagados por las multinacionales del alcohol...
se montó una tremenda en una frecuencia radiofónica cuyos contertulios fueron cuatro médicos y uno de ellos, el experimentador, de la Dieta Mediterránea acompañada por una o varias copitas de alcohol.
Me quedé estupefacto como tres de los doctores pusieron a parir al experimentador por cuenta multinacional. Al parecer éste es un sobrero del ámbito galeno, tal vez, porque los otros no cobraban a favor de las bebidas alcohólicas. No lo sé, lo que sí oí fueron abucheos para el sobrero y vítores para los casta.
Me di cuenta que, el cordón umbilical que mantenía la unidad de los doctores, se va rompiendo del lado del Juramento hipocrático. Se van dando cuenta que cualquier versión contraria a la sanidad, engrosa, a todo aquél que puede ser engañado sea familia de quien sea.
Bien claro dijeron que el alcohol es cancerígeno desde el mino uno de ser ingerido. Y que nada ni nadie ha podido demostrar que los experimentos con el alcohol, son beneficiosos.
También llamaron, al doctor experimentador por cuenta de las multinacionales, chorizo, mentiroso y algunas cosas más.

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